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La UIB participa en la primera observación conjunta de la fusión de agujeros negros por la red global de interferómetros LIGO-Virgo

27 Septiembre, 2017

La Colaboración Científica LIGO y la colaboración Virgo presentan la primera observación de ondas gravitacionales realizada por tres detectores, con la participación del Grupo de Relatividad y Gravitación de la Universidad de las Illes Balears

La Colaboración Científica LIGO y la colaboración Virgo ha hecho la primera detección conjunta de ondas gravitacionales con los detectores LIGO y Virgo. Esta es la cuarta detección anunciada de un sistema binario de agujeros negros y la primera señal significativa de ondas gravitacionales registrada por el detector Virgo, y destaca el potencial científico de una red de tres detectores de ondas gravitacionales.

La observación de los tres detectores se realizó el 14 de agosto de 2017 a las 12:30:43 CEST. Los dos detectores del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), localizados en Livingston (Louisiana) y Hanford, (Washington) y financiados por la National Science Foundation (NSF), y el detector Virgo, localizado cerca de Pisa, Italia, detectaron una señal de onda gravitacional transitoria producida por la coalescencia de dos agujeros negros de masa estelar.

Se ha aceptado para su publicación en la revista Physical Review Letters un artículo sobre el evento, conocido como GW170814.

Las ondas gravitacionales detectadas -las ondas en el espacio y el tiempo- fueron emitidas durante los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros con masas alrededor de 31 y 25 veces la masa del sol y se ubicaron a unos 1.800 millones de años luz de distancia. El nuevo agujero negro producido tiene cerca de 53 veces la masa de nuestro sol, lo que significa que cerca de 3 masas solares fueron convertidas en energía gravitacional durante la coalescencia.

La participación de la UIB

El Grupo de Relatividad y Gravitación de la Universidad de las Illes Balears, único grupo español que ha tomado parte en las cuatro detecciones de ondas gravitacionales a través de su participación en la Colaboración Científica LIGO, ha contribuido de manera relevante a este nuevo hallazgo, ya que ha aportado los modelos de señales de onda gravitacional de los agujeros negros. «Dichos modelos se comparan con los datos registrados por los detectores LIGO y Virgo, y son necesarios para identificar las fuentes de las señales, por ejemplo, si son agujeros negros o estrellas de neutrones, o para determinar sus masas. «Tenemos un año muy intenso por delante de nosotros», dice el doctor Sascha Husa, del GRG de la UIB. El próximo período de observación comenzará en el otoño de 2018 con una sensibilidad significativamente mejorada. «Esperamos detectar varias señales al mes, lo que requerirá desarrollar modelos mucho más precisos de la señal de onda gravitacional para extraer toda la información de estos eventos», añade el doctor Husa.

El nuevo descubrimiento es especialmente importante para la comunidad española de las ondas gravitacionales, ya que un grupo de investigación de la Universidad de Valencia, liderado por el doctor José Antonio Font, se ha unido recientemente a la Colaboración Virgo. Con este nuevo grupo, los esfuerzos españoles en la colaboración LIGO-Virgo, hasta ahora solo conducidos por el Grupo de Relatividad y Gravitación de la Universidad de las Illes Balears, que se unió a la colaboración científica LIGO en 2002 bajo el liderazgo de la doctora Alicia Sintes, se ha incrementado significativamente.

La doctora Alicia Sintes, líder del grupo de la UIB que participa en LIGO, está entusiasmada por el descubrimiento y apunta que «España ya cuenta con una comunidad astronómica muy activa. La mejora en la localización de las fuentes hace que las observaciones de ondas gravitacionales resulten extraordinariamente atractivas para la comunidad astronómica». Además «confía en que se produzcan interacciones diversas entre grupos de diferentes ámbitos que redunden en una mejora de nuestra comprensión del Universo y espera que «la observación de la señal por el detector Virgo sea un acicate para redoblar los esfuerzos por desarrollar un detector europeo de ondas gravitacionales de tercera generación y sirva para intensificar todavía más la colaboración entre los grupos europeos de LIGO y Virgo».

 

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