EN LOS MEDIOS


Investigadores de la UIB desarrollan una técnica que facilita la detección de agujeros negros

21 de junio, 2011

Los agujeros negros no son nada sencillos de detectar. Pese a ello, su estudio es uno de los temas más candentes en astronomía, puesto que puede aportar importantes pistas sobre cuestiones tan profundas como el comienzo del Universo. Ahora, identificarlos podría ser más fácil, gracias a un nuevo método ideado por Sascha Husa y Denis Pollney, investigadores del grupo de relatividad de la UIB, junto a colaboradores de CalTech, University of Vienna, Cardiff University, Friedrich Schiller-Jena Universität y el Max-Planck-Institut für Gravitationsphysik en Postdam.

El método ha sido publicado en el número de junio de la revista Physical Review Letters y se centra en la detección de sistemas de dos agujeros negros a través de de las ondas gravitacionales que emiten. Las ondas gravitacionales son distorsiones del espacio tiempo que se producen cuando cuerpos extremadamante masivos se mueven muy deprisa. Un caso particularmente importante en astrofísica es cuando dos agujeros negros orbitan el uno en torno al otro. Poco a poco, los dos agujeros negros se van acercando hasta que se convierten en solo uno. Durante estas ultimas órbitas es cuando se emiten las ondas gravitacionales mas intensas e interesantes, escenario donde se puede aplicar el método desarrollado por Sascha Husa y colaboradores. Para ello se requiere calcular el movimiento de los agujeros negros y las ondas gravitacionales, para lo que se necesita usar supercomputadores tales como el Mare Nostrum en Barcelona.

Sascha Husa y Denis Pollney pertenecen al grupo de relatividad y cosmología de la UIB, que se especializa en el estudio de ondas gravitacionales. Como muestra de la excelencia del grupo en esta disciplina, el profesor Husa ha sido elegido recientemente como uno de los dos portavoces de la colaboración internacional “Ninja II”. Este proyecto persigue combinar los resultados teóricos de resolver las ecuaciones de Einstein con los datos obtenidos por los detectores de ondas gravitacionales. Juntando ambos, los investigadores esperan desarrollar las mejoras técnicas que permitan encontrar las débiles señales de estas ondas que se emiten desde lejanos puntos del universo.

Aunque ya existían métodos para identificar sistemas de agujeros negros, la nueva técnica es más sofisticada y hará su detección mucho más probable. La diferencia principal es que en este método se ha tenido en cuenta una característica fundamental de muchos agujeros negros: giran en torno a ellos mismos. Al igual que la Tierra, la mayoría de estos objetos también tienen un movimiento de rotación. Sin embargo, debido a que considerar este movimiento dificulta mucho los cálculos, hasta ahora no habia sido posible buscar evidencias de agujeros negros de forma eficiente en los datos de los detectores. Se estima que con esta nueva técnica será hasta cinco veces más probable que se puedan detectar.

Las ondas gravitacionales fueron predichas por Einstein en 1916, pero aún no se han detectado directamente debido al grado de dificultad técnica que implica. Es por ello que el nuevo método para identificar sistemas de agujeros negros es especialmente importante, ya que son una de las fuentes más prometedoras de estas ondas. El descubrimiento de ondas gravitacionales abriría una nueva ventana al Universo que podría llevar a descubrimientos que no podemos ni imaginar.

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